Hay muchos métodos y sistemas para poder estimular colágeno y elastina, esas dos moléculas que nuestro cojín dérmico tanto quiere y tanto necesita, y que junto con el ácido hialurónico vamos perdiendo a medida que envejecemos y que por tanto son los responsables de la piel apagada, las arrugas y la dichosa flacidez cutánea…
Hoy vamos a hablar del Microneedling, y en particular del DERMAFTING( Dermapen).
Considerado por muchos especialistas en este ámbito como el lápiz que borra cicatrices y arrugas, preferimos decir que es un tratamiento que ayuda a rejuvenecer la piel, precisamente porque actúa restaurando el colágeno y la elastina a través de un proceso de curación natural y casi sin molestias.
Cuando hablamos de proceso de curación natural, nos referimos al proceso de reparación de una herida, es decir esa cascada que se pone en marcha cuando nos pinchamos con un alfiler por ejemplo.
Dermapen en particular son 12 agujas ultrafinas con las que se realizan micropunciones cutáneas induciendo una la curación de una microherida.
La profundidad a la que llegamos es regulable por lo que podemos adaptarnos perfectamente a la zona del rostro o del cuerpo que queramos.
En realidad somos capaces de crear 1300 microcanales por segundo, así conseguiremos ese nuevo colágeno y elastina tan deseados, logrando que la piel sea más suave, fina y firme ayudándonos a corregir y difuminar las arrugas y líneas de expresión, así como las marcas dejadas por el acné y matizando las manchas más superficiales.
Este tratamiento también ayuda en la reparación de cicatrices quirúrgicas.
El origen de este tratamiento se remonta a la medicina tradicional china de la dinastía de los Shang, del 1600 al 1100 AC, en su práctica de la acupuntura.
No obstante es en 1995 cuando dos doctores americanos utilizaron las agujas, realizando lo que llamamos subcisiones, para romper la fibrosis creada en cicatrices y en arrugas.
Y en 2010, el australiano Stene Marshall revolucionó este campo de la terapia del microneedling con el desarrollo del Dermapen y culminando su evolución con este sistema más efectivo, más silencioso, con mayor confort y versatilidad.
Cada una de las miles de pequeñas heridas induce la liberación de factores de crecimiento que inician el proceso de curación. Después del tratamiento, la piel puede quedar enrojecida durante unos días y con algunas costras finas.
Generalmente se requieren, dependiendo de la condición a tratar, de un mínimo de 3-4 tratamientos cada 2-3 semanas, teniendo en cuenta que para la mejora de las cicatrices se pueden necesitar más sesiones.
Los resultados aparecen poco a poco ya que la producción de colágeno no es inmediata, lleva su tiempo, un mínimo de 4-6 semanas. Y desde luego la combinación en la sesión con activos que se van liberando permite obtener un resultado mayor.
Una de las grandes ventajas es que este tratamiento puede realizarse con seguridad en todos los tipos de piel (hasta en las más oscuras) y que puede ser un tratamiento seguro para zonas sensibles de piel fina, tales como el cuello, escote, dorso de manos y párpados.
También podemos trabajar en estrías, donde esta formación de nuevas fibras de colágeno y elastina sin duda mejorarán el aspecto de las mismas siempre que sea con combinaciones de plasma e infiltraciones de ácido hialuronico .
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