El proceso de envejecimiento fisiológico comienza a partir de los 30 años de edad y se considera un proceso inexorable que debemos asumir y respetar. Sin embargo, el frenético ritmo de vida diaria, la mala alimentación, el sedentarismo, las escasas horas de sueño,… ¡a veces provocan un proceso de envejecimiento acelerado o precoz! Y es natural querer revertir el envejecimiento facial y transmitir una imagen de salud y belleza.

¿Cuáles son los factores que intervienen en el envejecimiento humano? ¿Qué procesos fisiológicos explican la pérdida de juventud? ¿Podemos hacer algo realmente eficaz para frenar ese envejecimiento y ganar belleza?

Hoy nos centraremos en comprender cómo los rasgos faciales pierden su tersura y su aspecto fresco y amable. Destacamos tres puntos fundamentales:

• Pérdida de volumen: sobre todo en el arco zigomático (pómulos), que es el soporte físico de toda la estructura facial. La pérdida de densidad ósea y de grasa subcutánea en esta zona originan el efecto de “V invertida” o de cara fláccida y caída.
• Pérdida de colágeno cutáneo: es la proteína que aporta elasticidad a la piel. Se encuentra en la dermis en grandes cantidades, especialmente en las líneas de tensión, que funcionan como vectores de sujeción que pierden su fuerza y elasticidad con el paso de los años, por lo que acaba venciendo la ley de la gravedad.
• Pérdida de ácido hialurónico: esta macromolécula es la encargada de mantener una piel hidratada y tersa. Debido a factores externos y genéticos, la reposición diaria de ácido hialurónico es cada vez más lenta y la piel más expuesta se va poblando de arrugas paulatinamente.

Afortunadamente, hoy día conocemos bien todos estos procesos desde un punto de vista científico y la Medicina Estética puede combatirlos desde sus etapas iniciales. En CLÍNICA MÉDICO ESTÉTICA MELILLA contamos con los tratamientos más avanzados de rejuvenecimiento facial sin cirugía