El ácido hialurónico está presente prácticamente en todos los tejidos del organismo humano. Su principal propiedad radica en su capacidad para secuestrar el agua y retenerla, aunque sus funciones y características cambian en función del tipo de tejido, al igual que su vida media, que es de un promedio de tres días:
- Matriz extracelular: se conoce por este nombre al líquido de textura gelatinosa que envuelve las células y que permite la cohesión del llamado tejido conectivo, gracias al cual se conectan diferentes componentes del organismo, cumpliendo funciones de apoyo, protección y aislamiento. Tiene básicamente tres componentes: el colágeno, la elastina y el ácido hialurónico, que al absorber agua puede aumentar su tamaño hasta mil veces, asegurando así la nutrición de las células y su cohesión como tejido. Los tejidos conjuntivos conectan una gran cantidad de partes del cuerpo. Sus principales funciones son apoyo, protección y aislamiento.
- Cartílagos: está en todos, pero de manera especial en los denominados cartílagos hialinos, que carecen de enervación y vasos sanguíneos y que, por ejemplo, recubren los huesos largos, amortiguando la intensidad del impacto. También está presente en la nariz, entre las costillas y el esternón, en la laringe o en la tráquea.
- Articulaciones: el ácido hialurónico forma parte del líquido sinovial que envuelve la articulación, protegiéndola y cumpliendo una función a la de la grasa en los engranajes. Además, sirve de amortiguación ante cualquier impacto y evita que los huesos que la forman rocen entre sí. También facilita la eliminación de los desechos que se generan en la cápsula articular.
- Tendones, ligamentos: son las estructuras que conectan el músculo con el hueso y están conformadas por tejido conectivo, lo que les confiere elasticidad durante el movimiento.
- Ojos: el humor vítreo está compuesto esencialmente por ácido hialurónico, que actúa como lubricante y vehículo para la nutrición de los tejidos oculares y la pérdida del mismo a causa del envejecimiento está en el origen de numerosas patologías oftálmicas.
- Encías: están formadas por tejido conectivo y a través suyo se nutren e hidratan los ligamentos que aseguran el anclaje de los dientes en la mandíbula.
- Piel: en ella se encuentra al menos la mitad del ácido hialurónico que hay en el organismo y lo está en altas concentraciones, distribuida en las diferentes capas de la misma. Hace que la piel se mantenga hidratada y conserve su elasticidad y volumen, favoreciendo la formación de colágeno y elastina. Con la edad se reduce esta concentración, lo que hace que se vuelva progresivamente flácida y aparezcan arrugas. Hay que tener en cuenta que la vida media del ácido hialurónico en la piel es de apenas un día, por lo que debe ser repuesto continuamente.
- Pelo y cuero cabelludo: en el cuero cabelludo se insertan los folículos pilosos, de los que nacen los cabellos. El ácido hialurónico presente en la dermis y la epidermis mantiene su hidratación y ayuda a mantener el pelo sano.